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11 y que quien no se arrodille y la adore sea arrojado a un ardiente horno de fuego. 12 Pues resulta que Sadrac, Mesac y Abednego, esos judíos a los que Su Majestad puso a cargo de los negocios de la provincia de Babilonia, no respetan a Su Majestad, ya que no adoran a sus dioses ni a la estatua de oro que Su Majestad mandó erigir.»

13 Nabucodonosor se indignó mucho, y ordenó que llevaran ante él a Sadrac, Mesac y Abednego, y éstos al instante fueron llevados a la presencia del rey.

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